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Descripción de un sueño

Actualizado: 6 ene 2022

Anoche soñé contigo

y era como si no hubiera pasado nada y, al mismo tiempo, como si hubiera pasado todo. Era una vida neciamente feliz, idílica. Usted existía, digo verdaderamente, no era como hoy: un rumor. Sostenía diez y le daba la mitad, porque esa era nuestra melodía: la de aquellos que comparten la rebanada de torta, los que se turnan el café. Hablaba yo como si usted siempre hubiera estado ahí conmigo -aunque en eso miento, porque usted siempre ha estado aquí, conmigo; no en la forma de los sueños cuando sujeto su mentón, sino en la razón de los poetas: el suspiro.


Quiero pensar, acaso, que fue una coincidencia. Dígame alguno que su vista de-en-sueño no fue más que'l atisbo: (usted) la reminiscencia tras haber volado entre nubes, entre noche profunda, a la orilla de la luna. Insisto, soñé con usted porque fui bautizado por las olas, porque antes de soñarla estuve en eso que llaman playa, abrazado por la arena, pero es en verdad el mar de lágrimas de una diosa: esa que ha visto mi trazo, que ha leído mis cartas, que conoce mis canciones y murmura mi Verso, único -así abunden las estrofas; la Diosa, quien inspiró tras mis ojos la duda del arte, ha inundado la tierra con su llanto de saberme resuelto, hecho para vivir una sola cuita: usted.


Y digo entonces, usando el quizá, que sí he soñado con usted es porque usted ha soñado conmigo. Y cuando dos anhelos se hallan, entonces aparece para ellos la escena triunfal: el beso, el reencuentro, la salida, el hecho. Me consuelo a mi mismo imaginándola tendida, con sus ojos bastos y fecundos entreabiertos, arruyándose con una canción estrepitosa, inaudible, de esas que usted me ha contado que pone al bañarse, y su pelo lacio de navaja, imposible de anticipar su color -¿cuál será? ¿mono de apariencias? ¿rojo de rencor? ¿morado de lucha? ¿o castaño de mis recuerdos?- cubriendo sus pechos desgastados y moviéndose al va-y-ven de su aliento. Así, en su duermevela pudiera ser que usted me invoca, me hace presente sosteniendo un tarro negro derruido donde miento, al decir que no hay agua, sino el brebaje de hechicero que me deja hablarle mientras miro sus ojos.


soy en su sueño arroyo: constante en su canción, pero nunca igual en su riego.

Me trae usted a su ensoñación como un hogar de mantas cálidas, de paredes como frisos y techos que no existen -para ver las estrellas.

quizá yo fuera su sueño


Yo me la imagino a usted. La imagino porque es un sueño, mi sueño, el que ha sido siempre /// yo.



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