Caribe 2020
Alta mar - Grand Cayman - Costa Maya Cozumel
Enero 12
Ahora que me ansías -viéndome- correspondo, aquí la misiva:
Voy a pensar mis palabras y no es un despropósito, como podrías conjeturar -¿acaso no siempre reflexiona sobre su discurso próximo?-. Lo hago porque quiero precisión en medio del vaivén inapacible del océano, que no es verdadero, porque lo certero eres tú, Vida.
Quiero ser audaz y no cortarme, porque no es de recibo para tus ojos algo distinto a la abundancia; pero no errar por frenético, o balbucear por insolente. La razón está en tu idilio, que me hace anhelar las manzanas maduras y el café -que no tomo- en la madrugada.
...y me llamas con el canto insonoro en tu mirada/ que es caricia e insinúa paraíso...
Así, confieso que son tus piernas mi manía y sostener tu mano me conduce... Por la vida entre las piedras y martillos. Eres tú, azul, mi esperanza. Eres tú, azul cielo.
Ante este movimiento que me marea, pienso en un verso olvidado: "te besaré en el temblor, será un buen momento"
Enero 13
Porque soy poeta y sistemático
Empezaré a escribir las epifanías que elaboro para tentarte, para así algún día mi libro "para hacer reír al mar" publicar. Hoy fue tus pecas y la noche estrellada:
Idalga leía tumbada entre cobijas, su abuela María escuchaba. Las páginas eran arenosas y había encontrado el cuero en el quinto estante. "Cuando Mahand se alejaba del Cairo sentía la brisa tibia resbalar entre las dunas; la fertilidad y los cultivos se agotaban al oriente y su madre, Nilo, no podía bañarlo. Pero el viajero no penaba. Cada paso hacia golfo le alejaba de la luz irreverente que era fuego en las linternas. El polvo de ladrillo no difuminaba el obelisco, y así empezaba a ver. Un punto asomaba entre las nubes, y al galope eran docenas. En el centro de la arena, fue el cielo verdadero, una noche estrellada solo digna del peregrino"
Tu perfil es un cuento, el de las mil estrellas, porque empieza en el Cairo, que es tu pecho. Éste es pulcro y no se mancha, porque no ha sido des-velado; pero soy arriero y no me canso, y escalo por tu cuello. Los lunares forjan símbolos, y aparecen constelaciones. No soy tímido y alcanzo tu rostro, he llegado al oasis: veo el cielo y son tus pecas, estrellas en la noche.
Enero 14
Hoy no había carta, pero será de despedida
Estoy mirando un horizonte azul, no tiene fin sino mis ojos exiguos que no llegan tras la costa. Distinto al paisaje atemporal, nuestro velero ha encallado. El capitán no ha desertado y la tripulación no se amotina, nadie está clamando. Con lágrimas y en silencio, en la quietud del ahogado, saborean la sal que ya irrita sus narices; no hay rescate y tampoco será leyenda la historia de este amor que se hundió el atlántico caribeño.
No fue una fuga o las olas, erramos por las anclas, que no soltamos. Soñaba con ser brisa en tus mañanas, y bañar tu pelo negro en las tardes. Me confíe en ti como un lactante y tú, calor primigenio, eras Vida. Pinté en mis libretas los colores de la casa, serían los azules, porque eres cielo. No sólo me despido, también agradezco, porque me hiciste creer y pude sentir, en atisbos tímidos, la plenitud.
No llamaré al deber los cadetes en reserva, y de mis arcas de carbón no pujará la guerra: ya no hay pactos o fronteras y el miedo y la agonía han triunfado. Mi honor de caballero se ha perdido y sigo vivo sólo por el gesto soberano, que hace perdurar mi dignidad, de haber decidido claudicar.
En la biblioteca de Babel quedarán los textos abortados y no será nunca más tu belleza en mis poemas; de lo dicho y lo sufrido... Y lo que faltó por pronunciar:
... Te amo.
Enero 15
Porque buscando la luna estaría toda mi vida
No pares de sonreír, nunca
Ríe toda la vida, porque me haces regresar. El gesto de tu alegría es primigenio, y vuelvo. Me siento como aquel viajero de los sueños, en los senderos infinitos, que dormía entre los fuegos para regresar la noche siguiente, sin recordar que ya había sido, o si es otro. Las curvas de tu pelo y el achicar de tus ojos excita el amor una vez más, y re-vivo tu encanto.
No pares de reír, mujer hermosa, que en tus ojos negros doblo mis apuestas. No te pongas triste y sólo mira el cielo, que la noche es canto para reconciliar(nos).
Sonríe todos los días, que tus ojos negros son la llama inquieta. No te olvides nunca, mujer mía, que eres poderosa. Yo te canto mi copla y recito el verso; yo te escribo, Vida, para que siempre sonrías.
Enero 16
Porque amo y escribo, pero el pudor es del paisa agreste
Surqué el inframundo, era oscuro y así la nada. Estaba entrelazado con la tierra por las raíces, y los milenios esculpieron en las tinieblas el hogar de las almas. No es gratuito que haya visto a Dios el profeta de la Meca, en una caverna iluminada. Pero el Corán es sagrado y manda no ser profano: no pueden los vasallos del islam retratar a Yahveh en sus artes.
Pero del mandato surge la excusa y hasta La Ley (divina) admite regla en-contrario. Así los hacedores de mezquitas y alcázares, que también habrá sido artistas, hicieron de las estalactitas la representación de Dios en sus aposentos, evocando el momento en que éste se dejó ver por Mahoma.
En medio del asombro por las rocas vivas y la maravilla en los colores del agua, no puedo dejar de vislumbrar este pasaje que re-cuento. En el suelo las estalagmitas naciendo -todavía luego de dos millones de años- hacia el sol que nunca han visto. Pero empatizo con los hijos de Alá, porque mi pasión tampoco admite ser explícita.
Y entonces el amor es en las referencias, en lo sutil y la cubierta. Hoy Saturno antes la Luna, siempre Vida luego amada. Tu nombre no titula los poemas, pero es tu pelo y tu sonrisa el fragor de mis cartas y los motivos de lucha.
... No hay gozo sin pensar que sería doble con tu alegría
Enero 17
Esta respuesta es tautológica a lo que ya -al menos dentro- sabes
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